Las relaciones entre Cuba y Florida también son complicadas en el reino animal. Una especie de lagartos originarios de la isla caribeña ha invadido las costas de Florida. Los invasores han desplazado a la especie local hasta las copas de los árboles. Y un estudio demuestra que la invasión ha provocado cambios en la morfología de los invadidos.
En los años 50 del siglo pasado, dos biólogos estadounidenses teorizaron que la competencia por el mismo espacio y la misma comida entre especies emparentadas puede provocar cambios en la especie perdedora si la presión selectiva es lo suficientemente fuerte. El problema de su hipótesis es que la evolución se toma su tiempo, necesitando de miles de años o más para fijar esos cambios.
Sin embargo, un equipo de biólogos liderado por la Universidad de Texas en Austin ha demostrado que en las condiciones adecuadas, la escala temporal se puede reducir unos pocos años. En términos evolutivos, unas décadas son un suspiro. Y eso es lo que ha tardado el anolis verde o falso camaleón (Anolis carolinensis ), un pequeño lagarto propio de las pequeñas islas que rodean la península de Florida, en adaptarse a la invasión del anolis marrón (Anolis sagrei ), oriundo de Cuba. Presente ya como especie invasora en varias zonas de EEUU, el anolis marrón aún no ha llegado a todas las islas de Florida. Eso lo aprovecharon los investigadores para realizar su experimento.
En mayo de 1995 estudiaron el anolis verde de seis islas donde no habían llegado aún los invasores. En esas condiciones, el reptil ocupa todo el espacio alrededor de los árboles, desde el suelo hasta la copa. Los biólogos registraron las alturas donde más tendían a aparecer los animales.
Entonces, llevaron una pequeña población de anolis marrón a tres de las islas y dejaron que crecieran y se multiplicaran. Durante los tres años siguientes, comprobaron cómo se repartían el árbol las dos especies, que además de competir por el mismo espacio, comparten la misma dieta. Vieron que los lagartos cubanos prosperaron sin problemas y que los de Florida aparecían cada vez más en las ramas altas de los árboles. Pero lo mejor vino una década despues. En 2010 visitaron 30 pequeñas islas, entre las que se encontraban seis que habían estudiado años atrás. Sólo en 5 de aquellas no habían lagartos invasores. Entonces, compararon la distribución espacial del anolis verde de éstas islas vírgenes con las de las conolizadas por sus primos cubanos. Confirmaron que los anolis verde que competían con las marrones se habían retirado a las partes altas del árbol.
La consecuencia de esta retirada no ha tardado en provocar cambios en su fisonomía.